miércoles, 27 de junio de 2012


RECORTA2


—No intento nunca vencer al hombre con el que estoy enfrentado —explicó—. Intento vencer su confianza. Una mente empañada por la duda no puede enfocar claramente el camino de la victoria. Dos hombres son iguales —verdaderamente iguales— sólo cuando tienen el mismo grado de confianza en ellos mismos.

Pero ahora sé que nuestro mundo no es nunca más permanente que una ola que se eleva sobre el océano. Cualesquiera que sean nuestras luchas y nuestras victorias, comoquiera que las padezcamos, enseguida desaparecen en la corriente, como la tinta acuosa sobre el papel.


Memorias de una geisha-Arthur Golden


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