RECORTA2
Pues
eso, como decíamos le pido a la señora Tomasa un café cortado en cristal y ella
si, si, si en un segundo joven, y de lo más profesional, se gira, se aproxima a
la cafetera, agarra el mango con café, lo sacude, lo enrosca, lo aprieta, lo
retuerce, da al botoncillo rojo, coloca debajo de la cafetera la taza de
cristal, calienta la leche, retira la taza, coge un platillo, una cucharilla,
un sobre de azúcar, retira la taza, para la cafetera, echa la leche y me dice
aquí tiene joven y yo muchas gracias y ella se apoya sobre la barra, se deja
descansar, se relaja por un momento, apoya su cabezón de kilos sobre sus
grandes manazas, las tetazas sobre la barra, me mira con dulzura, y me dice con
un marcado acento catalán que es guapa la Vero ¿eh? me lo dice con mucho
cariño, se nota que la quiere y yo sí, es preciosa y ella me deja flipado ¿estás
enamorado? y yo no, creo que no y espero no enamorarme en muchos años y ella
¿por qué dices eso joven? y yo le aclaro porque el amor es una mierda, cuando desaparece
la persona amada duele mucho y a mí no me gusta sufrir y ella con su acento catalán cerrado con siete candados,
haciendo un notable esfuerzo por hablar en castellano me aconseja no le
tenga miedo al amor joven, no intente nunca negarlo, como dice Coelho, temer al
amor es temer a la vida y los que temen a la vida ya están medio muertos y
yo me quedo mudo y ella cuídamela eh y me lanza un torniscón a la
mejilla y yo claro señora Tomasa, no sufra y ella me sonríe
con toneladas de ternura, enseñando sus pocos dientes y despega
como un cohete. Creo que le he caído bien de un principio. Es buena
persona la señora Tomasa.
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