miércoles, 18 de julio de 2012

 




 

RECORTA2


 "Después -había escrito Sima Qian en su crónica-, sobre el mausoleo se plantaron árboles y se cultivó un Prado para que ese lugar tuviera el aspecto de una montaña." La descripción era un tanto pretenciosa ya que montaña, lo que se dice montaña, no parecía, pero impresionaba saber que la tumba del primer Emperador de la China, perdida durante dos mil años, se encontraba allí, bajo aquel insignificante y achatado altozano. Y lo realmente increíble era que nosotros íbamos a ser los primeros en entrar en ella.


Todo bajo el cielo-Matilde Asensi


 

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