RECORTA2
Dios mío. Ni siquiera tengo fuerzas para echar un vistazo a la lista
de los alimentos. Trago saliva y tengo la boca seca. Vuelvo a leerlo.
Me da vueltas la cabeza. ¿Cómo
voy a aceptar todo esto? Y al parecer es en mi beneficio, para que explore mi
sensualidad y mis límites de forma segura… ¡Por favor! Es de risa.
Servirlo y obedecerlo en todo. ¡En todo! Muevo la cabeza sin terminar de
creérmelo.
En realidad, ¿los votos del
matrimonio no utilizan palabras
como… obediencia? Me desconcierta. ¿Todavía
dicen eso las parejas? Solo tres meses… ¿Por eso ha habido tantas? ¿No se las
queda mucho tiempo? ¿O ellas tuvieron bastante con tres meses?¿Todos los fines
de semana? Es demasiado. No podré ver a Kate ni a los amigos que pueda hacer en
mi nuevo trabajo, suponiendo que encuentre trabajo. Quizá debería reservarme un
fin de semana al mes para mí. Quizá cuando tenga la regla… Parece… práctico.
¡Es mi dueño! ¡Tendré que hacer lo que le plazca! Dios mío.
Me estremezco al pensar en que me azote o me pegue. Probablemente
los azotes no sean tan graves, aunque sí humillantes. ¿Y atarme? Bueno, ya me
ha atado las manos. Fue… bueno, fue excitante, muy excitante, así que quizá
tampoco sea tan grave. No me prestará a otro Amo… Maldita sea, por supuesto que
no. Sería totalmente inaceptable. ¿Por qué me tomo siquiera la molestia de pensar
en todo esto?
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