RECORTA2
(...)
Scarlett O'Hara no era bella, pero poco lo notaban los hombres cuando eran atrapados por sus encantos como los gemelos Tarleton lo fueron. En su rostro se mezclaban bruscamente los delicados rasgos de su madre, una aristócrata costera de ascendencia francesa, y los pesados rasgos de su pintoresco padre irlandés. Pero era una cara que atrapaba, de barbilla puntiaguda, y mandíbula cuadrada. Sus ojos eran de un verde pálido sin un toque de almendra, estrellados con erizadas pestañas negras y ligeramente inclinadas al final. Sobre ellas sus gruesas cejas oscuras inclinadas hacia arriba, producían una asustadiza línea oblicua en su piel blanca de magnolia, esa piel tan apreciada por las mujeres del sur y tan cuidadosamente guardada con sombreros, velos y guantes del caliente sol de Georgia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario